Por: Francisco Javier Serrano González
lINTRODUCCIÓN
América Latina como el resto del mundo está atravesando un proceso ingobernanza local-regional a partir de la aparición de nuevas formas de interacción y organización de la sociedad civil. Esto como muchos otros fenómenos sociales, lleva impresa una serie de variables causales que los origina, sin embargo, este estudio se centra específicamente en aquellos eventos sociales cuyo medio fueron las redes en Internet y que repercuten en la dinámica de gobierno (gobernanza). Es decir, la persis-tencia de la transdisciplinariedad se hará con base a dos variables de globalización: ciberactivismo transnacional e identidad de las causas glocales, una variable socio-tecnológica: la organización de las redes sociales en Internet, y una variable nacional: gober-nanza. En esta configuración causal la organización de las redes sociales en Internet (RSI) es una condición necesaria más no sufi-ciente para amasar los conflictos, que sumándolas al ciberactivis-mo transnacional (Ct) con las identidades de las causas glocales (ICG) derivan en problemas de gobernanza (-I) para los países:
RSI + (Ct ^ICG) = -I
En lo respectivo al análisis conceptual, se desarrolla en apartados siguientes una descripción por separado de los conceptos clave: redes sociales, eDemocracy y gobernanza; para en un apartado final analizar su impacto en la variable dependiente; para final-mente configurar una posible hipótesis de estudio.
La configuración de las esferas de participación social dentro de los planos de acción humana, cambia con base a periodos histó-ricos y recursos de dominación con los que cuentan los actores. Varias concepciones interfieren con dichas transformaciones.
Así de Smith (1776) a Pérez (1986) la revolución social dentro de las estructuras se dan a partir de la evolución de la tecnología. Los recursos técnicos con los que cuentan los individuos para generar riqueza y bienestar, vienen a recomponer las formas de organización y cooperación entre las otras dos esferas de acción humana (la social y la política).
También a partir del marco nor-mativo donde se desempeñan se produce cambio: Las institu-ciones como las reglas formales e informales del juego limitan la acción individual, minimizando el costo de transacción en la in-formación y reduciendo la zona de incertidumbre (North, 1993). Y con base a los recursos culturales y de saber disponibles.En esa tesitura, existen básicamente tres esferas de acción huma-na distinguidas por el medio y poder por el cual se ejercen: eco-nómica (mercado/dinero), política (Estado/violencia) y esfera social (sociedad civil/saber) (Wallerstein, 2005; Bobbio, 1996). Y dos tableros de juego: Local-nacional e Internacional-digital.
La división los tableros se hace con base a la presencia de poder he-gemónico o su ausencia (anarquía). Así en-tonces, el tablero local-nacional delimitado y circunscrito a una hegemonía estatal se ju-gará con reglas básicas y diferentes a las del tablero anárquico: la imposición del orden y la presencia de un poder coac-tivo estatal encargado hacer cumplir las normas localmente erigidas (Arrigi & et al, 1999; Wallerstein, 2005).
En esta descripción básica donde se han desagregado las esferas y table-ros de acción humana o individual, hace falta definir también los roles de los jugadores. Sin embargo, aquí los roles son infinitos a partir de las configuraciones estructurales (tablero y esfera) y recursos indi-viduales (racionalidad y saber) con los que el actor se desempeña.
Aquí el actor tiene la habilidad de brincar de un tablero a otro, mi-grando información, recursos, conocimiento e influencias que le permitan la supervivencia y alcanzar sus objetivos en cualquiera de las esferas de desempeño todo esto como efecto de la globa-lización que le empodera a partir del aumento de flujos de infor-mación, identidades, ideologías en una compresión del espacio y tiempo (Arrigi & et al, 1999; Gallaher, 2009; Stiglitz, 2002).
En esta configuración multidimensional donde el individuo juega un rol activo (ciudadanía) en espacios glocales, apoyado de tecno-logías que facilitan la comunicación con otros similares alrede-dor del mundo y como efecto de los tableros anárquicos tanto internacionales como digitales, la democracia electrónica confi-gura un nueva organización de la sociedad civil para la toma de decisiones y como consecuencia de esto, una generación nueva de demandas a las cuales debe enfrentar el régimen.
Esta institu-cionalización del juego ciberanárquico, viene a ser la cara oculta de la política mundial y la globalización.Para iniciar el terreno descriptivo y analítico conceptual, es nece-sario identificar el punto de cruce donde la democracia electróni-ca y la gobernanza se encuentran. Aquí la secuencia lógica exige ir de un concepto más sólido a uno cuya emergencia y consolida-ción están aún en discusión. Ir de la democracia a la gobernanza.
El concepto “democracia” ha ido evolucionando paulatinamente a lo largo de la historia, y su estudio conceptual obliga al investi-gador a situarse en un periodo histórico determinado. Los valores y configuración institucional de la democracia ateniense son muy diferentes a la democracia procedimental del siglo XX (Mair & Katz, 1997; Tovar, 2009). De ahí la necesidad de identificar un concepto mínimo y uno compuesto sobre la democracia.En su concepción mínima: La democracia es el conjunto de reglas procedimentales para la toma de decisiones colectivas, donde se incorpora el mayor número de participantes (Bobbio, 2001).
Tales procedimientos mínimos, para considerar a un régimen como democrático son tres: elecciones periódicas con dos o más competidores, un conjunto de derechos (libertades) políticas y la presencia de sufragio universal (Sartori, 1991; Tovar, 2009; Bobbio, 2001; Dahl, 2009). Sin embargo, la democracia no sólo son elecciones (aunque no puede ser menos que eso) y esto se deriva a que tales procedimientos y concepción ha tenido cier-tas variaciones a partir de la incorporación y aparición de nuevos agentes, medios y funciones del aparato estatal.
Es decir, aquella elasticidad conceptual ayuda a incluir variaciones no antitéticas que amplían el concepto a acciones gubernamentales concretas y que responden actualmente a las configuraciones ideales y de la sociedad en este concepto nomotética. Así entonces se agregan niveles de libertad, igualdad, responsividad, estado de derecho, rendición de cuentas horizontal y vertical, y participación social como un concepto ampliado de democracia (Morlino, 2012).
Si bien en este seguimiento conceptual aún no se vislumbra una relación analítica entre democracia, gobernanza y democracia electrónica, se debe a que esta configuración en estrictu sensu corresponde a una configuración de la democracia como régimen de gobierno. Ahora es necesario ver la otra cara de la moneda, la democracia desde los gobernados. A partir de la aparición de la sociedad civil como agente interviniente en la configuración de las políticas públicas, en la toma de decisiones colectivas fuera de las arenas electorales y nacionales, y como principal motor crea-dor de capital social y desarrollo comunitario transnacional.
En este despliegue, los ojos pasaron del mercado que predomi-naba como institución solucionadora de problemas (hasta la caí-da del modelo neoliberal), a la esfera de la sociedad civil como promesa naciente. Aquí la horinzontalización de la política fue un factor determi-nante para la estabilidad y preservación del régimen. Si bien en los procesos de gobernabilidad en América Latina y el mundo a partir de 1960 hasta 1998 fueron una constante de negocia-ción-inclusión de la esfera económica en las instituciones gubernamentales, ya sea construyendo regímenes burocráticosauto-ritarios o regímenes neoliberales.
La sociedad fue testigo de que ni el gobierno en sus años de alta burocratización y sustitución de importaciones, ni el mercado bajo la supervisión de los or-ganismos internacionales del consenso de Washington y desre-gulación económica, lograron dar la respuesta a las demandas sociales, lo que trajo descontento, cambio, inestabilidad política y la aparición de un tercer actor que hasta el momento se había estado canalizando por los canales de la oferta y la demanda del mercado o por las vías del corporativismo dentro de las institu-ciones estatales y partidarias, la sociedad civil. (O’donnell, 1998; Williamson, 1990; Vilas, 2011).
Este tercer actor que se adaptó automáticamente a un mode-lo deliberativo de la democracia, empezó a exigir espacios de participación horizontales o de la democracia robusta como los plebiscitos, referéndums e iniciativa popular. La sociedad civil se empezó a agrupar sin fines ya no en el mercado, ni el Estado, sino más bien en la “esfera pública”.La esfera pública, alude al lugar donde confluyen los ciudadanos para deliberar y supervisar la acción Estatal, es el ambiente social y cultural en el que se ha establecido la disputa político-ideológica en nuestro tiempo, donde los particulares a quienes anterior-mente se les han reconocido las libertades básicas de expresión, asociación e imprenta, dejan de lado sus asuntos como la pro-fesión y el negocio para confluir en una esfera por encima de lo particular y convertirse en ciudadanos, abogan por un debate in-formado, el uso público de la razón y la búsqueda imparcial de la verdad. Se envuelven en un espiral dialéctico para dar soluciones colectivas a problemas colectivos (Fernández, 2003; Habermas, 1988).
Dicho espacio y campo de batalla de la sociedad civil, coloca los cimientos para una nueva forma de concebir a la democracia, rompiendo con diversos esquemas establecidos y removiendo las “concepciones fijas” para dar paso a la política como un proceso de aprendizaje público, donde las soluciones se van dando en base al desarrollo del mismo, emergiendo de los ciudadanos organizados una discusión ascendente para la construcción de la acción comunicativa, de la verdad, la voluntad y de la raciona-lidad colectiva. De dicho pluralismo y modelo de comunicación, surge un nuevo modelo democrático, la democracia deliberativa (Held, 2007).
Tal modelo de democracia deliberativa cuando es articulado por medio de las redes sociales en Internet adquiere una connotación diferente, se vuelve eDemocracy. Tal articula-ción se desarrolla en el apartado siguiente de redes sociales en Internet como la nueva esfera pública y mecanismo de demo-cracia electrónica.
La acción comunicativa, de la verdad, la voluntad y de la raciona-lidad colectiva. De dicho pluralismo y modelo de comunicación, surge un nuevo modelo democrático, la democracia deliberativa (Held, 2007). Tal modelo de democracia deliberativa cuando es articulado por medio de las redes sociales en Internet adquiere una connotación diferente, se vuelve eDemocracy.
Tal articula-ción se desarrolla en el apartado siguiente de redes sociales en Internet como la nueva esfera pública y mecanismo de democra-cia electrónica.Continuando con el análisis conceptual, se pone en la palestra el término de Gobernanza.
Este anglicismo, representa un rom-pecabezas académico al no existir un acuerdo académico sobre su significado, traducción, y empleo en la explicación de fenó-menos sociales.
Sin embargo para efectos del presente ensayo se tomarán en cuenta dos conceptos clave de la gobernanza: A. Gobernanza como acuerdo entre organizaciones interestatales para la generación del orden (Kirchner & Dominguez, 2011); y B., Gobernanza como legitimidad en las acciones gubernamenta-les y acciones emprendidas por el gobierno (Mayorga & Córdoba 2007).
Aquí es donde el eje democracia electrónica y gobernan-za se encuentran: en la legitimidad de las acciones gubernamen-tales y en el mantenimiento del orden civil. La gobernanza dentro de su definición contempla amenazas de seguridad derivadas de la incapacidad de los gobiernos locales para controlar el territorio debido a la pérdida involuntaria de soberanía. Lo anterior en un clima de globalización incesante que exige reconfiguraciones a la esencia misma del concepto Estado (Kirchner & Dominguez, 2011; Stiglitz, J. 2006).
Tales amenazas de seguridad se migran a los espacios nacionales a partir dos fenómenos de la democracia electrónica:
1. Swarming digital en las redes sociales: Este fenómeno se da como recurso técnico de la facilidad del individuo de obtener y construir información de manera horizontal y variada, que mu-chas veces contrapone las fuentes oficiales y gubernamentales de información.
2. Ciberactivismo transnacional: El reclutamiento de activistas transnacionales que atraigan los problemas globales como los de-rechos humanos y el medio ambiente son tendencias impositivas para la gobernabilidad. Ellos exigen vis a vis por vías de la partici-pación política informal la incorporación de las agendas globales a las locales y viceversa.
Estas dos variables derivadas de la democracia electrónica que van en detrimento de la gobernanza, son el foco hipotético para la consolidación de agencias Internacionales. La información en el ciberespacio prácticamente fluye en tiempo real, la facilidad con la que una persona puede redistribuirla y organizar a sus pares por medio de una estructura organizacional sin cabeza parecida a un panal o banco de peces es sustancial. De la misma forma la fa-cilidad con la que las identidades nacionales se diluyen a partir de culturas alternativas a las cuales pueden acceder los ciudadanos.
CONCLUCIONES
1. El ciudadano hoy en día adquiere un nuevo empoderamiento a partir de su relación con la sociedad civil en internet, los efectos de la globali-zación con la reducción en los costes de transacción, la compresión del espacio-tiempo y el constante flujo de ideologías, valores e identidades.
2. La sociedad civil en Internet ha hecho de este medio la nueva esfera pública de deliberación.
3. El término democracia electrónica es una adaptación del modelo de-liberativo a las esferas de la organización de la sociedad civil en Internet.
4. La gobernanza entendida como orden y legitimidad en las acciones gubernamentales, se ve perjudicada por los flujos alternativos de infor-mación deliberados en los medios en Internet (la globalización digital).
5. El ciberactivismo transnacional viene a reconfigurar el orden de las demandas sociales incluyendo no sólo temas de la agenda nacional sino internacional que vienen a a generar ingobernabilidad.
6. El entendimiento de la organización de las Redes Sociales en Internet es fundamental para entender los nuevos movimientos sociales articu-lados desde ese medio.
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